Por Juan Antonio Muller. Cuba Nueva, agosto 6, 2001.
"Los ojos atónitos lo ven; la razón escandalizada se espanta; pero la compasión se resiste a creer lo que habéis hecho, lo que hacéis aún. O sois bárbaros o no sabéis lo que hacéis." -- José MartíDesde su llegada al poder, Fidel Castro ha provocado el genocidio político más sanguinario que recuerde nuestro continente. El paredón de fusilamiento establecido en la Fortaleza de la Cabaña desde 1959 ha provocado más de cinco mil muertos. ¡400 fusilados en una sóla noche! Los alzamientos en las sierras desde 1960 a 1966 produjeron cuatro mil bajas y destacan en esta época las torturas y asesinatos en el Escambray y las movilizaciones forzadas de campesinos a otras provincias para evitar su apoyo a los diez mil alzados.
El fracaso de la lucha interna produjo grandes redadas de opositores, a los cuales se les siguieron arbitrarios juicios militares. Esto trajo una exhorbitante concentración de sesenta mil reclusos en las cárceles cubanas durante los años sesenta y setenta, en su mayoría campesinos, trabajadores y estudiantes de ambos sexos. Planes de trabajo forzado con miles de muertos, lisiados y heridos se suman a las torturas físicas y mentales en campos de concentración, celdas tapiadas y gavetas de la muerte regadas por toda la Isla.
El éxodo de cubanos hacia el exterior no se ha detenido en cuarenta y dos años de tiranía. Dos millones de cubanos se encuentran hoy residenciados fuera de su patria. Situaciones dramáticas se produjeron en 1980 cuando más de diez mil personas pidieron asilo en la Embajada del Perú y el gobierno obligado a resolver la crisis interna permitió la salida de ciento veinticinco mil personas por el puerto de Mariel hacia EUA y posteriormente en 1994 cuando treinta mil personas se lanzaron al mar en balsas de precaria construcción dispuestas a cruzar el Estrecho de la Florida. Se estima que estos éxodos hayan causado la desaparición de unas tres mil personas. En julio del 94 naves oficiales de la Marina hunden un remolcador frente al malecón habanero donde huían 42 personas matándolas a todas, 23 niños incluídos. Dos años más tarde aviones Mig de la Fuerza Aérea derriban dos avionetas civiles pertenecientes a la organización humanitaria Hermanos al Rescate matando a sus cuatro ocupantes.
La situación en la Isla continúa hoy día bajo el sistema represivo y de ignominia que lo ha caracterizado. Según organismos de derechos humanos el régimen castrista mantiene más de mil presos políticos, encarcela continuamente a líderes de la disidencia y suprime cualquier vestigio de expresión crítica en su contra. Ante tantos crímenes es bochornoso que nuestro Gobierno haya votado el año pasado en Ginebra contra la condena al régimen castrista y se ofrezca nuevamente a hacer lo mismo este año cuando se presente la moción de condena a Fidel Castro en las Naciones Unidas por sus crímenes y violaciones a los derechos humanos.
© CUBANUEVA, 2000
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